El dolor de espalda baja es una de las dolencias más comunes que afectan a la población, y una de sus causas frecuentes es la hernia discal lumbar.
Si alguna vez has experimentado esa punzada aguda, el entumecimiento en las piernas o una debilidad inexplicable, es posible que te hayas preguntado qué sucede exactamente en tu columna vertebral. Vamos a explicarte qué es una hernia discal, cuáles son sus síntomas, cómo se trata y, fundamentalmente, por qué el ejercicio adecuado es tu mejor aliado.
¿Qué es una Hernia Discal Lumbar?
Nuestra columna está compuesta por vértebras apiladas y entre cada una de ellas se encuentran los discos intervertebrales. Estos discos actúan como amortiguadores naturales, permitiendo la flexibilidad y absorbiendo la carga y los impactos. Cada disco tiene una estructura similar a una cebolla: un anillo exterior fibroso y resistente y un centro gelatinoso, conocido como núcleo pulposo.
Una hernia discal ocurre cuando el anillo exterior del disco se debilita o se rompe, permitiendo que el núcleo pulposo se abulte o se escape (se hernie) hacia afuera. Este material herniado puede presionar los nervios cercanos que salen de la columna vertebral, lo que provoca una serie de síntomas dolorosos.
Cuando esto ocurre entre las vértebras L5 a S1, se llama hernia discal lumbar.

¿Cuáles son los síntomas de una Hernia Discal Lumbar?
Los síntomas de una hernia discal lumbar varían según la ubicación y el tamaño del disco herniado, así como de los nervios afectados. Los más comunes incluyen:
Dolor de espalda baja
Puede ser agudo o crónico, empeorando con el movimiento, la tos o el estornudo.
Dolor irradiado a las piernas (ciática)
Es uno de los síntomas más característicos. El dolor se extiende desde el glúteo hacia una o ambas piernas, a menudo siguiendo el trayecto del nervio ciático.
Entumecimiento u hormigueo
Sensación de «alfileres y agujas» en las piernas o los pies.
Debilidad muscular
Dificultad para mover las piernas o los pies, o para mantenerse de puntillas o de talones.
Pérdida de reflejos
Síndrome de cola de caballo
Menos común, pero grave, requiere atención médica urgente y se manifiesta con pérdida de control de esfínteres, entumecimiento en la zona genital y debilidad severa en ambas piernas.
¿Por qué ocurre una Hernia Discal Lumbar?
Las causas son variadas, pero a menudo incluyen:
- Levantar peso de forma incorrecta (especialmente con la espalda doblada y no las piernas).
- Movimientos de esfuerzo brusco o torsión.
- Traumatismos o caídas.
- Envejecimiento natural y degeneración de los discos.
- Factores de riesgo como el sedentarismo y sobrepeso.

Tratamiento de la Hernia Discal Lumbar: Un Enfoque Multifacético
El tratamiento inicial para la mayoría de las hernias discales lumbares es conservador y tiene como objetivo ayudar a aliviar el dolor y mejorar la función.
1. Tratamientos generales
- Reposo relativo: Evitar actividades que agraven el dolor.
- Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios, relajantes musculares.
- Fisioterapia: Es un pilar fundamental. Un fisioterapeuta te guiará con ejercicios específicos y técnicas manuales para reducir el dolor, mejorar la movilidad y fortalecer la musculatura.
- Osteopatía: En algunos casos, la osteopatía puede ser una otras opciones de tratamiento complementaria para restaurar el equilibrio estructural y reducir la tensión.
- Inyecciones: En algunos casos, se pueden aplicar inyecciones de corticosteroides para reducir la inflamación y el dolor.
- Cirugía: Es la última opción y se considera sólo cuando el tratamiento conservador no ha funcionado después de un período significativo, o si hay síntomas graves como debilidad progresiva o síndrome de la cola de caballo.
2. La importancia del ejercicio en la Hernia Discal Lumbar
Puede sonar contradictorio, pero ¿por qué se recomienda hacer ejercicio en caso de hernia discal lumbar? La respuesta es simple: la actividad física adecuada es crucial para la recuperación y la prevención de futuras molestias.
El ejercicio no solo ayuda a aliviar el dolor, sino que también fortalece los músculos que sostienen la columna, mejorando la estabilidad y reduciendo la presión sobre los discos. Además, ayuda a mantener un peso saludable, lo cual es vital.
La importancia del ejercicio en la hernia discal lumbar radica en que mantiene la movilidad de la columna, nutre los discos (que obtienen nutrientes a través del movimiento) y mejora la postura, evitando vicios que agraven la situación.
Consejos adicionales para el día a día en caso de hernia discal:
- Mantén una buena postura: Ya sea sentado, de pie o durmiendo.
- Evita levantar objetos pesados: Y si lo haces, dobla las rodillas y mantén la espalda recta.
- Mantén un peso saludable: El exceso de peso ejerce presión adicional sobre la columna vertebral.
- Duerme en un colchón adecuado: Que ofrezca un buen soporte.
- Realiza pausas activas: Si pasas mucho tiempo sentado, levántate y muévete cada cierto tiempo.
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Importante: Habla con tu médico o fisioterapeuta
Antes de iniciar cualquier programa de ejercicios, especialmente si sufres de una hernia discal lumbar, es IMPRESCINDIBLE que hables con tu médico o fisioterapeuta. Ellos podrán evaluar tu caso específico, determinar el grado de tu hernia y recomendar los ejercicios más seguros y efectivos para ti.
La clave es progresar de forma suave y controlada, escuchando siempre a tu cuerpo para evitar un esfuerzo brusco o agravar las molestias.Recuerda que la prevención y el manejo activo son fundamentales. Cuidar tu espalda es cuidar tu calidad de vida.
En conclusión, la clave está en la paciencia, la constancia y la colaboración con profesionales de la salud que te guíen en tu camino hacia la recuperación
Una hernia discal puede ser una experiencia dolorosa y limitante, pero con el diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento bien estructurado, la mayoría de las personas pueden recuperarse y volver a sus actividades diarias.
Escucha a tu cuerpo y no dudes en buscar ayuda cuando la necesites.